El Autocares Rodríguez Daimiel cayó en Madrid en un partido de ritmo vertiginoso y anotación muy alta, donde compitió de tú a tú durante más de 35 minutos, pero acabó cediendo ante un Zentro Basket que demostró mayor profundidad y consistencia en el tramo final.
El encuentro comenzó con intercambio de golpes (6-6), pero pronto reaparecieron los fantasmas de jornadas anteriores: un parcial de 9-0 permitió a los locales despegar en el marcador y poner a los daimieleños a remolque demasiado pronto. Lejos de hundirse, el equipo sacó carácter y, apoyado en el liderazgo ofensivo de Luis Rodríguez, encontró de nuevo sensaciones para cerrar el primer cuarto con un esperanzador 23-22.
En el segundo cuarto el guion no varió. El choque se convirtió en un ida y vuelta constante, y a medida que avanzaban los minutos empezaron a aparecer figuras clave: Francisco Espinosa, sólido en la pintura, y Cedric Din Penda, último fichaje del equipo, que aportó energía y puntos desde el banquillo. Con ambos asumiendo protagonismo, la igualdad se mantuvo hasta el descanso (45-42) y dejaba el partido completamente abierto.
El tercer cuarto fue un auténtico festival ofensivo. Ambos equipos elevaron el ritmo, buscando el aro con agresividad y castigando cada transición. Zentro Basket llegó a manejar ventajas cercanas a los diez puntos, pero una y otra vez el Daimiel respondía: triples, penetraciones y acciones interiores que devolvían la igualdad. El encuentro se convirtió en un intercambio continuo, con posesiones cortas y decisiones de alto riesgo, un escenario que favoreció a los madrileños gracias a su capacidad para forzar faltas y rentabilizar los tiros libres.
Ya en el último cuarto, el partido seguía abierto con cinco minutos por jugarse. Pero entonces llegó el golpe definitivo: un parcial rápido del conjunto local, que terminó construyendo una renta de diez puntos. Ese tirón obligó a los daimieleños a acelerar sus ataques, y la precipitación acabó pasando factura. Zentro Basket supo gestionar la ventaja y cerró el choque con solvencia hasta el 106-89 final.
A pesar del resultado, el Autocares Rodríguez Daimiel dejó una imagen muy competitiva y un esfuerzo colectivo digno de elogio. El equipo mostró capacidad de reacción, personalidad y recursos ofensivos para pelear ante uno de los rivales más potentes del grupo. El aprendizaje es claro: el nivel mostrado durante 35 minutos es el camino, pero hace falta continuidad para convertirlo en victorias.
La próxima jornada, el equipo buscará la primera en casa ante Boadilla, arropado por su afición y con la convicción de que el triunfo está cada vez más cerca.









