El Enosentidos-Autoescuela Santa Teresa Daimiel cayó en su visita a Prado Marianistas por 64-51, en un encuentro que dejó un sabor agridulce. Los daimieleños completaron una gran primera mitad, mostrando un juego rápido y dinámico, pero un mal inicio tras el descanso y el desgaste físico en el tramo final acabaron pesando en el resultado.
El partido arrancó con muy buenas sensaciones para los daimieleños, que lograron imponer su ritmo en los primeros compases. El Enosentidos-Autoescuela Santa Teresa Daimiel movía bien el balón, corría en transición y encontraba bandejas y tiros liberados que le permitieron mantenerse por delante en el marcador durante buena parte de los dos primeros cuartos. Algunos errores defensivos provocaron que el equipo se marchara al descanso por debajo con un resultado ajustado, pero con la sensación de estar haciendo las cosas bien.
El paso por vestuarios trajo, sin embargo, el peor momento del encuentro. En el inicio del tercer cuarto, el Enosentidos-Autoescuela Santa Teresa Daimiel se mostró desconectado, perdiendo fluidez en ataque y solidez atrás. Prado Marianistas aprovechó la situación para imponer su físico y su acierto, logrando una renta significativa en pocos minutos. Aun así, los daimieleños no se rindieron: mostraron carácter y orgullo, reaccionando con intensidad y recortando distancias antes del final del cuarto, dejando el partido todavía abierto.
En el último periodo, el esfuerzo realizado pasó factura. El equipo acusó el cansancio físico, lo que se tradujo en menor acierto ofensivo —solo 5 puntos anotados en el cuarto— y en una defensa más lenta en las rotaciones, permitiendo canastas fáciles al rival. Prado Marianistas supo aprovechar el momento y gestionar la ventaja hasta el final, sellando la victoria por 64-51.
Pese al resultado, el Enosentidos-Autoescuela Santa Teresa Daimiel demostró momentos de buen juego y una buena actitud, especialmente en la primera mitad. El equipo continúa creciendo y adquiriendo experiencia, consciente de que la clave estará en mantener la concentración durante los cuarenta minutos y en minimizar los pequeños errores que marcan la diferencia en este tipo de encuentros.